Montaje con una imagen del interior del Parlamento Europeo. En la esquina inferior izquierda, dentro de un círculo, imagen de un hombre poniendo un sobre en una urna de votación

Las europeas: Votar o no votar

Este domingo se celebran elecciones europeas y si no hay sorpresas, la abstención será alta

Quedan pocos días para los comicios europeos y todos los partidos y coaliciones van a toda máquina para arañar cualquier voto que quede en el aire. Pero indecisos, sobre todo, abstencionistas.  Las elecciones europeas, históricamente, han sido las "menos importantes" para muchas personas. ¡Y no lo son!

En las Instituciones Europeas se deciden políticas clave que, tarde o temprano, deben aplicar los Estados miembros. En Cataluña la desafección política se multiplica. En nuestra casa echamos de menos aquella Europa que “nos miraba” después del 1-O. Y nos hemos dado cuenta de que, o bien el viejo continente tenía “las gafas” empañadas, o sinceramente, no las ha traído nunca, ni tiene la intención de hacerlo.

Si añadimos el cansancio de tener que votar en nuestra casa, prácticamente cada dos años, porque nuestros políticos, o bien no cumplen o no se ponen de acuerdo para gobernar, la gente al final baja los brazos. Esta tormenta perfecta, responsabilidad absoluta de nuestra clase política, supone que mucha parte del electorado catalán, este 9-J se quede en casa o se vaya a la playa. De ninguna manera se puede culpabilizar a la gente de si quiere o no quiere ir a votar en las elecciones europeas.

La vieja cantinela de “si tú no vas, vendrán los demás”, ya no cuela. La gente necesita argumentos, hechos, promesas plausibles y opciones políticas que les representen de verdad. ¿O es que quizás cuando vayamos a reparar el coche, o a comprarnos ropa oa contratar un seguro, no apostamos por la marca que nos da más confianza y la que cumple con nuestras expectativas? Con nuestro dinero, como clientes que somos, tenemos de pie y vamos a la tienda que más nos convenga. Y si esa marca deja de alinearse con nuestras convicciones, tenemos derecho a cambiar. ¡Sólo faltaría!

Señores políticos, ¡el voto no debe ser gratis!  Y si ustedes no cumplen con las expectativas de los catalanes, la abstención no es culpa de la gente, sino de la falta de compromiso hacia la ciudadanía. Que Europa nos haya "dejado de mirar", lo tenemos digerido. Pero que ustedes sólo nos miren para cautivarnos el voto, no ocurra.