Ousmane Dembélé fue uno de los protagonistas de la eliminatoria entre el PSG y el FC Barcelona, dentro y fuera del terreno de juego. Muy criticado por la rabia con la que celebró el gol en el partido de ida en el Parque de los Príncipes, la afición blaugrana no le perdona sus comportamientos mientras fue jugador del Barça, así como la forma en la que dejó plantado al club azulgrana para emprender su nueva aventura en el club parisino.
Dembélé volvió a marcar ayer en el Lluís Companys, gol que no celebró porqué suponía el empate a 1 y el PSG aún quedaba un gol por debajo en la eliminatoria contra el Barça. Las ganas e intensidad del extremo francés fueron más que evidentes, en sus ansias de eliminar de la Champions League al que fue su club durante 6 temporadas.
La chulería de Dembélé ante los pitidos del Lluís Companys
El extremo francés fue uno de los artífices de la clasificación de su equipo para la siguiente ronda de la Champions. Con dos goles, uno en cada partido, Dembélé aportó su granito de arena para dejar apeado a su exequipo de la máxima competición continental.
Preguntado por su aportación tras el choque Dembélé afirmo que: “ha sido un partido muy difícil pero el equipo ha estado muy bien, muy concentrado y hemos merecido ganar”. Añadió el atacante galo que "el FC Barcelona es un gran club, que me gusta mucho y estoy contento por el París ahora y a ganar la semifinal para ir a la final".
Y una de las preguntas claves fue la que le realizaron sobre los sonoros silbidos que tuvo que soportar por parte de la grada del Lluís Companys cada vez que tocaba el balón y que Dembélé respondió: “lo he entendido, pero no pasa nada, es la vida, hay pitos en todos los estadios”.
Algunos usuarios de las redes sociales aprovecharon estas palabras de desplante y menosprecio de Dembélé por hacer algunos memes del jugador francés por su clara actitud despectiva hacia el club que lo puso en el escaparate continental. Dembélé fue tratado en Can Barça al nivel de una estrella, y sus desordenes nocturnes, constantes lesiones, y rendimiento intermitente tuvieron la paciencia del club y el cuerpo técnico y que al final acabó por forzar su marcha al PSG de Luis Enrique.