Brunat es ya una realidad. Se trata del primer queso elaborado con leche de vacas de raza Bruna dels Pirineus, una de las pocas razas bovinas autóctonas del país. La llegada al consumidor final ha nacido a partir de una alianza para su producción y comercialización entre Bonpreu y Esclat y la quesería Mas Rovira de Sora (Osona).
Pere Rovira y Carlota Lacasa se muestran muy ilusionados con la salida de este nuevo producto y esperan que tenga una buena acogida. "Estamos muy contentos de producir un producto de aquí, de la tierra, y que pueda llegar a la gente", destaca Rovira. El queso ya se puede encontrar en unos ochenta largos establecimientos Bonpreu y Esclat de Catalunya. Unas 150 vacas de raza Bruna pastan cada día por los prados de Mas Rovira, en Sora.
Desde hace años, Pere Rovira las hace criar para vender su carne, pero desde hacía un tiempo le rondaba por la cabeza aprovechar también la leche para elaborar queso. Gracias a una alianza con Bonpreu y Esclat, el queso de raza Bruna de esta pequeña quesería con doce años de historia se ha convertido en el primero que da el salto a la gran distribución, y el producto ya se puede encontrar en los lineales del grupo de todo el territorio.
La ilusión de Rovira sería que Brunat acabara siendo reconocido como un queso catalán "autóctono". Para elaborar un kilo de Brunat se necesitan nueve litros de leche. El queso se elabora con leche pasteurizada de vaca Bruna, de cuajada enzimática y pasta prensada. Carlota Lacasa, la otra cara de la quesería y compañera de Rovira, explica que su corteza es marronosa, que evoluciona a dorada gracias a los lavados con agua y sal que se hacen durante su afinamiento y maduración, que al menos dura unos 45 días.
La corteza proporciona un sabor "más complejo y con más cuerpo". Pere Rovira añade que exteriormente el queso se asemeja al pelaje de Bruna y de gusto es "muy gustoso y cremoso". Y explica que para poder disfrutar con todos sus matices es importante consumirlo a temperatura ambiente. Desde la quesería ven con muy buenos ojos la apuesta que se hace desde Bonpreu para que los ganaderos puedan seguir trabajando en sus granjas, desarrollando su negocio y haciéndolo viable.
"Y que podamos seguir viviendo en la tierra donde vivimos", añade. Sin proyectos como éste, añade Rovira, los ganaderos "deberíamos ir a grandes producciones y el producto ya no sería el mismo". "Eso te permite diferenciarte y que se valore nuestro trabajo, un trabajo arraigado en el territorio", señala. Brunat es el último de una veintena de referencias que elabora la quesería de Sora.
Una apuesta estratégica para Bonpreu
Desde la otra pata de la ecuación, Joan Sabartés, jefe de operaciones de Bonpreu, explica que la apuesta por este queso es "estratégica" para el grupo, sobre todo en lo que se refiere a los productos de proximidad y las razas autóctonas.
"Aceptamos encantados por seguir apoyando a los productos del país y hacer que los clientes puedan conocerlo", destaca Sabartés. De hecho, la raza Bruna de los Pirineos no es nueva para Bonpreu. Hace unos meses introdujeron en sus supermercados carne de este tipo de vacas tanto en el lineal como en el mostrador de los establecimientos del grupo.
El objetivo de la iniciativa era potenciar su conocimiento por parte del consumidor y mejorar la ternura y la calidad de la carne para ofrecer un producto "todavía más atractivo". Asimismo, dar valor y dinamizar las zonas rurales del Pirineo. Para llevar a cabo este proyecto de mejora genética de la carne cuentan con el apoyo del Instituto de Investigación y Tecnología Alimentarias (IRTA) del Departamento de Acción Climática y la Universidad Autónoma de Barcelona.
"Ahora nos faltaba el componente láctico de esta raza", señala el jefe de operaciones de Bonpreu. "Por eso con la propuesta de Mas Rovira nos cogimos enseguida", añade. El Brunat también está avalado por la Federación de la Raza Bruna de los Pirineos (FEBRUPI) en su apuesta por dar a conocer y potenciar el consumo de la carne y los productos derivados que se elaboran.