Montaje con una imagen de una mujer contenta. A la izquierda una imagen borrosa con unas sardinas

Evita el mercurio con este pescado bueno, bonito y barato

Una gran alternativa para una dieta saludable

El consumo de pescado es esencial para una dieta equilibrada y saludable, gracias a su alto contenido de proteínas, ácidos grasos omega-3 y una variedad de vitaminas y minerales. Sin embargo, el mercurio en algunos tipos de pescado puede representar un riesgo significativo para la salud. En este contexto, la sardina se destaca como una opción segura, nutritiva y asequible.

El mercurio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en el medio ambiente y puede ser liberado en el aire a través de actividades industriales. Este mercurio se deposita en los cuerpos de agua, donde es transformado en metilmercurio, una forma tóxica que se acumula en los peces. Los pescados grandes y longevos, como el pez espada, el atún y el tiburón, tienden a tener mayores concentraciones de mercurio debido a la bioacumulación​.

Efectos del mercurio en la salud

El consumo excesivo de mercurio puede causar varios problemas de salud, como la neurotoxicidad, que afecta el desarrollo cerebral y la función cognitiva, especialmente en fetos y niños pequeños; problemas cardiovasculares asociados con un mayor riesgo de enfermedades del corazón y trastornos del ritmo cardíaco; daño renal, pues el mercurio puede acumularse en los riñones, afectando su función; y el sistema inmunológico porque debilita el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones y enfermedades​.

Ante todo ello, emerge con fuerza la sardina, como una alternativa saludable y segura. La sardina es un pescado azul que ofrece numerosos beneficios para la salud sin el riesgo elevado de mercurio que presentan otros pescados más grandes. Las sardinas son ricas en ácidos grasos omega-3, proteínas, vitaminas D y B12, y minerales como el calcio y el fósforo. Estos nutrientes son esenciales para la salud del corazón, la fortaleza ósea y la función cognitiva​.

Las sardinas tienen niveles muy bajos de mercurio, lo que las hace seguras para el consumo regular, incluso para mujeres embarazadas y niños pequeños. Son ricas en Omega-3, ácidos grasos esenciales que ayudan a reducir la inflamación, mejorar la salud cardiovascular y apoyar la función cerebral. También es un pescado con proteínas de alta calidad, que son fundamentales para la reparación y construcción de tejidos. Finalmente, conviene recalcar que son ricas en vitamina D, esencial para la salud ósea, y vitamina B12, crucial para la función neurológica y la formación de glóbulos rojos​.

Existen diversas formas de cocinar sardinas, siendo la opción de las sardinas al horno una de las principales opciones. Los ingredientes necesarios son sardinas frescas, aceite de oliva, ajo, perejil y limón. Su preparación consiste en precalentar el horno a 200°C, limpiar las sardinas y colocarlas en una bandeja para horno, rociar con aceite de oliva, ajo picado y perejil, hornearlas durante 15-20 minutos hasta que estén doradas y crujientes. Ya estarán listas para servirlas con rodajas de limón.

Otra modalidad habitual son las sardinas a la plancha. Para ello tan solo necesitamos sardinas frescas, sal y aceite de oliva. La elaboración consiste en limpiar las sardinas y secarlas con papel de cocina, calentar una plancha o sartén antiadherente y añadir un poco de aceite de oliva, cocinar las sardinas por ambos lados hasta que estén doradas, aproximadamente 3-4 minutos por lado, añadir sal al gusto y servir caliente​.

Finalmente, otra forma de degustarlas es con ensalada. Necesitaremos sardinas enlatadas en aceite de oliva, lechuga, tomate, cebolla roja y aceitunas. Para su preparación hay que tener en cuenta lavar y cortar la lechuga, el tomate y la cebolla roja; posteriormente, colocar las sardinas sobre la mezcla de vegetales, añadir aceitunas y aliñar con un poco del aceite de la lata de sardinas, mezclar bien y servir.​ 

Incorporar sardinas en nuestra dieta es una excelente manera de obtener los beneficios del pescado sin los riesgos asociados con el mercurio. Las sardinas no solo son nutritivas y seguras, sino que también son económicas y versátiles en la cocina. Al elegir sardinas, no solo estamos cuidando nuestra salud, sino también disfrutando de un alimento delicioso y accesible​.